Cuando la ciudad parece que duerme, yo aun sigo despierta.
Recorro las calles donde aún resuenan risas de niños jugando, madres que comentan lo que ha sucedido en la gala de “Gran Hermano”, trabajadores que regresan a casa tras un día laborable.
Gente anónima, gente sin más, que va y viene con prisas, como si la vida se les fuera en un suspiro, como si mañana no les alcanzara para hacer todo lo que tienen pendiente.
Gente que abandona el ajetreo tras ponerse el sol.
Entonces la ciudad respira exhausta y tras las sombras, comienzan a surgir mas sombras; otra gente.
Gente que solo busca un banco del parque donde poder descansar sin que el frio les engarrote los huesos, gente que aprovecha para vivir del oficio más viejo del mundo al amparo de cualquier esquina, gente que trapichea aprovechando que no hay mucha luz y la pasma también duerme.
Y la ciudad se agita y convulsiona y de sus rincones se oyen risas y música de garitos, huele a botellón y a marihuana.
Niñatos que aprovechando las vacías carreteras, aceleran sus potentes coches mientras bajan las ventanillas para que se oiga la música ensordecedora de sus equipos. Dueños del asfalto por unas horas, futuros cadáveres del depósito.
La ciudad enmudece al fin, poco antes de salir el sol y es entonces cuando parece que va a despertarse de nuevo, cuando yo decido irme a la cama.
Apenas recuerdo cuando comenzó mi afición por la escritura, solo se que convirtió en una parte más de mi persona sin casi darme cuenta. Una vez leí que escribir, "era defendernos de la soledad en la que vivimos", quizás sea cierto, o quizás no. Mi única pretensión con este blog es disfrutar haciendo algo que me gusta, aprender a conocerme mejor, atreverme a expresar lo que verdaderamente siento y por supuesto a compartirlo sin temor alguno...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
a veces entre tanto desamparo y tanta soledad quiero unos ojos que me miren como miro yo
un abrazo
Publicar un comentario