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Apenas recuerdo cuando comenzó mi afición por la escritura, solo se que convirtió en una parte más de mi persona sin casi darme cuenta.

Una vez leí que escribir, "era defendernos de la soledad en la que vivimos", quizás sea cierto, o quizás no.

Mi única pretensión con este blog es disfrutar haciendo algo que me gusta, aprender a conocerme mejor, atreverme a expresar lo que verdaderamente siento y por supuesto a compartirlo sin temor alguno...

24 oct 2008

Divagando...

Me cansan las tardes de domingo, donde todo es monotonía y fin de semana perdido.
Me agobian las calles de Madrid, repletas de transeúntes desubicados que deambulan como muertos vivientes buscando presas a las que devorar.
No soporto sus semáforos, siempre en rojo, impidiendo el paso al otro lado. Ni el olor a gasolina de los coches que queman el asfalto donde solo florece la desesperanza.
Me asquean aquellos que nunca tienen dudas y van por la vida creyendo saber lo que quieren. Tristes ignorantes marcando estilo, ajados por dentro, siempre en línea recta, desfilando a las órdenes de los buitres carroñeros.
No temo a los que hablan más alto que yo, se hacerme entender con susurros.
Tampoco envidio a los que tienen más que yo, estoy acomodada en la pobreza con mucho gusto y hasta me vanaglorio de ello.
Me traumatiza el eco de las pisadas de los perros abandonados a su suerte, buscando comida entre los cubos de basura.
Me levanta dolor de cabeza los programas de la tele, ojala pudiera acabar con todos ellos y dejar de fondo la carta de ajuste. Creo que aun así habría gente que se pasaría las horas muertas mirándola.
No quiero saber más de lo que se, si pierdo mi ignorancia jamás podre recuperarla. Tampoco deseo salir a comerme el mundo, prefiero que él me engulla a mí.
Ya no quiero vivir las noches como si fueran cicatrices, mejor despierto en las mañanas curada de espanto.
Me quema la sangre cada vez que paso delante de una iglesia y veo salir a los mismos que unas horas antes han estado pegando a su mujer tras venir borrachos del bar.
Si de verdad existiera Dios, les ahogaría en la misma pila donde mojan su mano para persignarse.
No espero nada de nadie, así quedo inoculada contra las decepciones. Hace mucho tiempo que aprendí que si quieres algo bien hecho, mejor hazlo tu mismo.
No voy a decir que soy como soy porque este cochino mundo que hizo así. Reivindico mi derecho a ser como de la gana, es solo, que en días como estos, me puede la incertidumbre y comienzo a divagar cosas sin sentido.